viernes, 1 de julio de 2016

De finales y deseos.

Deseo, por tu bien, que no me extrañes, mucho menos me recuerdes o me pienses,
Que acaso en una tarde cruce por tu mente mi imagen de niña haciendo muecas y en tiernos susurros apagar mi voz al filo de tu boca, o de mujer valiente desafiando el tiempo de interminables horas de trabajo.
Deseo por tu bien que no me sientas en el aire que respiras ni me busques en el espacio vacío de los rincones pálidos y obscuros, en cada lugar que deshabito, en tu sombra solitaria, ni en el brillo ausente de tus ojos.
Que no sientas esas ansias desmedidas de buscarme y correr sin límite a mi encuentro, sin calcular tiempo ni distancia y que sólo el deseo de un abrazo te arrastre a mí, con la necesidad de mis besos y mi piel.
Deseo no colarme entre cortinas cuando des la bienvenida a la mañana y que un rayo de sol no te lleve de vuelva a mi sonrisa.
No alojarme de improvisto en tus sueños de noche y mucho menos busques mi silueta entre otras gentes que pasan de largo por tu puerta.
Que tus dedos no apresuren a escribirme ni tus pies a seguirme y tampoco se estremezca tu ser con cada intento de borrar las fotos donde estamos juntos y las letras que nos dimos.

Porque sé de largas horas de ausencia huyendo al tiempo, a la rutina, al insomnio, a la locura y al olvido… deseo, por tu bien, que no me extrañes.

domingo, 13 de diciembre de 2015

De escritos.

De las veces que uno se atreve sin miedo a hacer las cosas y la magia llega de repente, así me sorprendió alcanzar un logro con las letras que tanto han rondado en mi cabeza y hoy se empiezan compartir en otras voces.

EN SILENCIO.

Si existiera en mi diccionario
una definición exacta
de lo que me atraviesa el alma
cada vez que te respiro, la diría;
pero me cuesta darle nombre
a esta experiencia,
que se viste de amor
en las noches de aventura
y se convierte en amargura
con cada lágrima que brota de mis ojos
cuando llegan la mañana y el olvido.
Y es que sólo puedo decir que te necesito
y me invento cada día mil excusas
para seguir justificando los encuentros,
a escondidas, a solas,
a orillas de rumores y señalamientos.
…Si existiera una definición te la daría,
más ahora, en un puñado de suspiros y sonrisas,
sólo puedo ofrendarte mi silencio.

sábado, 27 de junio de 2015

De Adopciones.


Por estos días Kyhora está en celo, Kyhora es apenas una niña golden retriever de 10 meses y color blanco que muchos confunden con labrador cuando la ven pasar, pero no, es hija de Katyra y Horacio, dos hermosos golden retriever color café. Kyhora empezó a menstruar como es natural y como es natural, por estos días llegan inesperamente varios amigos perrunos tras sus huellas.
De los amigos amigos frecuentes encontramos a "Mono", un galán callejero, rubio y de ojos claros que espera ansiosamente una salidita de Kyhora para seducirla, hecho que no hemos permitido, no porque Mono sea callejero sino porque los papás de Kyhora han decidido que es muy niña para ser mamá y para evitar que haya muchos más amiguitos perrunos en las calles dejados a su suerte, es mejor esterilizarla, en fin... este retazo es sobre Mono, que los últimamente se pasaba noches enteras afuera de la casa y uno de estos dias mi mamá sale a la calle, saluda a Mono y una niña de unos 7 años le dice: Señora es que mono es mío. Mi mamá se disculpa diciendo que pensaba que mono era callejero, a lo que ella dice: -es que Mono es mi amor, él duerme en calle pero viene a jugar conmigo todo el día y mi mamá le da comida.-
Al otro día la niña viene a casa, necesita ayuda para subir a Mono al carro, lo llevan al veterinario, la mamá de la niña ha decidido adoptarlo formalmente y brindarle techo en las noches.
A la calle nueva ha llegado otro inquilino. Mono ya no pasa a saludar, Kyhora está terminando sus días de seducción y ahora cuando salimos a la calle vemos a mono pasear con un collar, un aire de limpieza, de bienestar y con su amor.

viernes, 22 de mayo de 2015

De instantes...


A veces uno amanece con ganas de escurrirse la piel de las promesas, sacudirse el polvo del recuerdo y huir de la mentira entre las sábanas.
A veces uno quisiera escaparse de los vicios y rutinas, evadir publicaciones que verifiquen la existencia, negarse al hecho de permanecer tan firme como un roble y evitar conversaciones con otros de su especie. Faltar a citas y compromisos, a las responsabilidades que se adhieren a los años y fundirse en un instante de ocio acompañado de nostalgia.
Adentrarse en un mundo de películas y creerse dueño de otras vidas, otras historias, otros lugares, idealizar un mundo mágico, jugarle sucio a la realidad entre el cálido encanto de una frazada y quedarse ahí en una eternidad de pocas horas. A veces uno quisiera dejar la mente en blanco y quedarse en el vacío. Y no en un estado que perdure, no más el tiempo justo para observarse a sí mismo en silencio… mientras pasa todo, mientras todo pasa.

viernes, 27 de marzo de 2015

De... Otras Cosas

Dicen que el que no sabe es como el que no ve y precisamente cuando uno se interesa por saber es que se da cuenta de las cosas.
Uno anda por ahí fijándose en lo que resalta, en lo que se refleja fácilmente, en eso que más llama la atención o que ya está acostumbrado a fijarse, pues hoy precisamente pensando en esas cosas y no siendo muy trascendental porque el tema resulta ser de un desconocimiento tecnológico más que filosófico, resulta que me encuentro con una de esas cosas que no sabía que existen ni para qué sirven, siendo más clara me refiero al perfil de esa red social que todos usamos y que apenas hasta hoy descubro que muy en el fondo de su ser se guarda una carpeta llamada “Otros” en la bandeja de mensajes y que allí se alojan todos esos mensajes que recibimos de gente que no conocemos ni tenemos en nuestro “selecto” grupo de amigos.
Pues hoy al descubrir la carpeta aquella me entero de mensajes que viven ahí guardaditos desde el 2010 y que nunca supe que existían, lo triste del caso es que allí también encontré respuestas de preguntas que hice hace poco en algunos grupos, en un momento que de verdad necesitaba ayuda y entonces las mejores ofertas se guardaron allí (invitaciones a buenos conciertos, los dólares a mejor precio, el celular más económico) y hasta un último mensaje de hace 5 meses en el que alguien manifiesta que tengo una bella sonrisa y que además se encontraba en el lugar preciso, en el momento justo y con una bella sonrisa de vuelta. Pero como no se debe vivir de lo que pudo ser y no fue, pues qué queda?

Recordar los sabios consejos de la abuela y decir con resignación que lo que ha de ser será, y si no, que se quede en “Otros”

viernes, 6 de febrero de 2015

De Regresos.

Volver nunca fue tan emocionante como el día en que había pasado tantos días lejos, lejos de todo, de ese afecto familiar que abriga el alma y alimenta el sueño, de los amigos de siempre que aparecen cada tanto porque el tiempo ha hecho lo suyo otorgando obligaciones y sin embargo siguen unidos como compartiendo un cordón umbilical que no se rompe a pesar de la distancia, lejos de los lugares que adopté o me adoptaron por periodos de tiempo, lejos del paisaje hogareño, de las montañas y las calles pequeñitas que atravesé montones de veces aprendiéndome el camino de memoria… El regreso se llenó de un aire de nostalgia tan inevitable como siempre en mí, tan bello como esas noches de añoranza de estar de nuevo en casa, tan alegre como la sonrisa de mamá, tan cálido como un abrazo eterno de la abuela, tan tierno como la mirada inocente de mi sobrina, tan bello, tan mágico…


Y sin embargo, volver fue darme cuenta que ciertas cosas habían cambiado, que no siempre al regreso hay encuentros, que el regreso también se  carga de ausencias insoportables convertidas en recuerdo. Así fue volver y aunque sigo disfrutando de este tiempo de estadía, una sensación de amargura aparece a ratos trayendo a colación las despedidas que no dí, con la esperanza que no fueran adioses para siempre y que hoy con lo que queda se convierten en suspiros atrapados en el aire.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

De Pedaleos.


Tenía unos 7 años cuando aprendí a montar en bicicleta, en una un poco alta para mi estatura, a la que apenas le rozaba los pedales y con dificultad alcanzaba los frenos y recuerdo a mi mamá corriendo tras de mí a unos dos metros de distancia y diciendo: sigue para adelante, tranquila que aquí estoy! Y casi de inmediato, al piso! al mirar hacia atrás la veía lejos y mi seguridad se desplomaba al instante, no lograba seguir pedaleando y mucho menos frenar a tiempo, no podía entender por qué, encontrándose a esa distancia, me decía que me estaba sosteniendo y que siguiera sin miedo, lo importante era no dejar de pedalear. Lo hacíamos a menudo y tuvimos que repetirlo unas 100 veces hasta que aprendí: pedalear-frenar.
Esa mujer me enseñó lo que es la vida en un curso intensivo de bicicleta: una pista de carreras con tramos empedrados que no se logran cruzar sin un buen pedaleo y una voz de aliento que nos diga: “Sigue adelante, aquí estoy.” Y así por lo menos si se ha de caer, ya está amortiguado el golpe.
Debo admitir que en mi vida he sido lo suficientemente acelerada para no querer frenar aunque tenga los frenos apretados, después de todo, no es eso lo mágico de la vida? Recorrer lo necesario, andar y pedalear aunque choquemos?
Hago una pausa, respiro y pienso: Y si es tiempo de frenar? Siento que he pedaleado con tanta fuerza que no me he detenido a observar lo que ha pasado alrededor, el afán me ha llevado a pensar que lo mejor siempre está más adelante y adelante significa justo donde no me encuentro en el momento, este camino lo he elegido yo, aferrándome a la idea de seguir corriendo y a veces, correr no es la única salida.

La quiero cerca, hoy más que siempre, cuando la tengo a más de 2 mil km de distancia y me siento débil, sin saber si padalear para dar vuelta es retroceder en el proceso, todo lo que quiero es valorar el tiempo, mantener el equilibrio y sin importar hacia adonde quiera dirigirme ella me siga diciendo: Sigue adelante, tranquila, aquí estoy!