De... Otras Cosas
Dicen que el que no sabe es como el que no ve y precisamente
cuando uno se interesa por saber es que se da cuenta de las cosas.
Uno anda por ahí fijándose en lo que resalta, en lo que se
refleja fácilmente, en eso que más llama la atención o que ya está acostumbrado
a fijarse, pues hoy precisamente pensando en esas cosas y no siendo muy
trascendental porque el tema resulta ser de un desconocimiento tecnológico más
que filosófico, resulta que me encuentro con una de esas cosas que no sabía que
existen ni para qué sirven, siendo más clara me refiero al perfil de esa red
social que todos usamos y que apenas hasta hoy descubro que muy en el fondo de
su ser se guarda una carpeta llamada “Otros” en la bandeja de mensajes y que
allí se alojan todos esos mensajes que recibimos de gente que no conocemos ni
tenemos en nuestro “selecto” grupo de amigos.
Pues hoy al descubrir la carpeta aquella me entero de
mensajes que viven ahí guardaditos desde el 2010 y que nunca supe que existían,
lo triste del caso es que allí también encontré respuestas de preguntas que
hice hace poco en algunos grupos, en un momento que de verdad necesitaba ayuda y
entonces las mejores ofertas se guardaron allí (invitaciones a buenos
conciertos, los dólares a mejor precio, el celular más económico) y hasta un
último mensaje de hace 5 meses en el que alguien manifiesta que tengo una bella
sonrisa y que además se encontraba en el lugar preciso, en el momento justo y con
una bella sonrisa de vuelta. Pero como no se debe vivir de lo que pudo ser y no
fue, pues qué queda?
Recordar los sabios consejos de la abuela y decir con
resignación que lo que ha de ser será, y si no, que se quede en “Otros”